La participación de la ciudadanía en la investigación se ha consolidado como un enfoque que mejora la producción científica y su utilidad social. La ciencia ciudadana permite que personas no expertas colaboren en la generación de conocimiento a través de observaciones directas, análisis de datos, diseño de actividades o difusión de resultados. La innovación social, por su parte, aporta metodologías para abordar retos públicos mediante procesos colaborativos entre académicos, administraciones, empresas y organizaciones civiles. La combinación de ambas prácticas amplía la relevancia de la ciencia y fortalece su impacto sobre políticas y comunidades.

Ciencia ciudadana e innovación social: dos enfoques complementarios

La integración entre ciencia ciudadana e innovación social está orientada a la cocreación de soluciones con impacto tangible. La Comisión Europea ha apoyado esta visión desde Horizon 2020, mediante iniciativas que promovieron la investigación participativa bajo el programa “Science with and for Society”. En este aspecto, Horizon Europe mantiene la apuesta por metodologías abiertas, introduciendo temas donde la colaboración ciudadana es un elemento central, especialmente en biodiversidad, monitorización ambiental, salud pública o justicia social.

Estas prácticas responden a una demanda europea de ciencia más cercana, transparente y orientada a resolver problemas reales. Su aplicación demuestra que la ciudadanía facilita datos de alta calidad, identifica prioridades de investigación y contribuye a validar los resultados en contextos donde las soluciones científicas requieren aceptación social.

Beneficios para la calidad y relevancia científica

La participación ciudadana incrementa la escala y diversidad de los datos que se recopilan en un proyecto. Las observaciones distribuidas (frecuentes en estudios de biodiversidad, meteorología o salud ambiental) permiten cubrir áreas geográficas amplias y aumentar la frecuencia de muestreo. Además, la definición conjunta de las preguntas de investigación ayuda a orientar hipótesis más conectadas con las necesidades de las comunidades.

Otro beneficio significativo es la adopción de resultados. Cuando la ciudadanía participa desde etapas tempranas, existe una mayor predisposición a implementar las soluciones propuestas, ya sea en políticas locales, hábitos de consumo o acciones de conservación. La implicación activa refuerza la alfabetización científica y mejora la percepción de la ciencia como un proceso abierto y útil.

Inclusión, ética y gobernanza de datos

Un proyecto con participación ciudadana requiere planificación ética rigurosa. La gestión de datos debe garantizar la privacidad, la anonimización y la transparencia sobre el uso de la información recogida. Los protocolos de consentimiento informado y la claridad respecto a los derechos de propiedad intelectual son esenciales.

La inclusión es otro pilar. Para evitar sesgos, conviene diseñar actividades accesibles, abordar barreras tecnológicas y lingüísticas, e incorporar medidas de igualdad de género y diversidad social. Este enfoque favorece una participación más representativa y mejora la calidad de los resultados obtenidos.

Innovación social y ciencia ciudadana

Estrategias recomendadas para integrar a la sociedad

Una integración efectiva comienza en la fase de diseño del proyecto. Incluir a representantes comunitarios en las primeras reuniones permite alinear expectativas y establecer un reparto claro de responsabilidades. Las actividades formativas son fundamentales para facilitar la participación significativa de personas no expertas: guías breves, talleres prácticos y acompañamiento técnico aumentan la calidad del trabajo colaborativo.

El uso de plataformas digitales abiertas ayuda a gestionar datos, coordinar tareas y mantener la comunicación entre participantes. Además, los modelos de gobernanza compartida favorecen la transparencia y reducen fricciones organizativas. En el ámbito europeo, redes como la European Citizen Science Association facilitan buenas prácticas, herramientas y oportunidades de colaboración para proyectos nuevos o en desarrollo.

Financiación y programas europeos activos

Horizon Europe sigue incorporando líneas donde la ciencia ciudadana tiene un papel destacado, especialmente en investigación ambiental, salud pública y programas experimentales de gobernanza participativa. Algunas convocatorias emplean subvenciones en cascada, permitiendo que entidades pequeñas —incluidas asociaciones locales— accedan a financiación de manera ágil. Esta tendencia continuará previsiblemente en el futuro FP10, donde se prevé una línea específica para apoyar modelos de ciencia ciudadana y metodologías participativas.

El programa EU4Health también integra acciones de participación social en salud pública, complementando las iniciativas de Horizon Europe. A través de proyectos piloto, actividades formativas y plataformas de datos compartidos, se fomentan prácticas que permiten a comunidades locales participar en la vigilancia, prevención y respuesta sanitaria.

Innovación social y entornos colaborativos

La innovación social añade un componente necesario para trasladar los hallazgos científicos a soluciones aplicadas. Modelos como los living labs, laboratorios urbanos o plataformas de co-diseño permiten experimentar con prototipos, medir su aceptación social y facilitar su adopción por parte de administraciones y organizaciones sociales. En ámbitos como movilidad sostenible, calidad del aire o gestión de recursos, estos entornos han demostrado que la colaboración entre ciudadanía y ciencia produce respuestas más ajustadas a la realidad.

Además, esta dinámica aumenta las posibilidades de replicabilidad y escalado. La innovación cocreada con usuarios se adapta mejor a distintos territorios y presenta menor riesgo de rechazo, cuestiones especialmente valoradas en convocatorias europeas que evalúan impacto y sostenibilidad.

Futuro europeo: hacia una institucionalización de la participación

Las tendencias actuales muestran que la participación ciudadana avanzará hacia modelos más estructurados. La discusión para el próximo marco FP10 incluye la creación de líneas específicas de financiación para proyectos liderados por comunidades, así como el refuerzo de las plataformas digitales que permiten procesar datos voluntarios en áreas como biodiversidad, salud ambiental y ciencia abierta. Para universidades, centros de investigación y entidades públicas, esto implica fortalecer capacidades internas en participación, evaluación de impacto social y coordinación de voluntariado científico.

Convocatoria Andalucía + ciencia ciudadana

Hay múltiples convocatorias enfocadas a ciencia ciudadana, una de las que se acaba de abrir es la Convocatoria de Ayudas 2025 “Andalucía Mejor con Ciencia” de La Fundación Descubre y la Universidad Pablo de Olavide, con la cofinanciación de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación y la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), que seleccionará ocho proyectos en este ámbito y que se desarrollarán durante 2026 y 2027.

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